sábado, 3 de noviembre de 2012

Escucha México...

¿Por qué me haces sufrir, mi México?, ¿por qué me haces llorar, patria mía?, ¿qué clase de placer encuentra una madre en ver sufrir a sus hijos?, ¿qué interés tiene una nación tan grande y gloriosa como tú, en ver dolientes a sus hijos, que son bravos, recios y valientes?, ¿qué ganas tú con ver a los hijos de tu tierra, postrados serviles ante el querer de ajenos intereses?, ¿cuál es tu ventaja en mantenerlos ignorantes, ajenos a la realidad que los rodea?, ¿quiénes son los que ganan al convertir a sus hijos en ineptos y crédulos, sedentes ante una realidad que los abruma?, Sí, me dueles México, ese gigante armado con hierro y maza, encadenado a su cultura, heredero de un orgullo del cual muy pocos o ninguno pueden congraciarse, del aguerrido y resistente orgullo mesoamericano, de la fuerza y convicción del conocido ente europeo, de la contradicción de las cadenas que al gigante impiden levantarse.
Te han cantado hombres patria mía, como olvidar a Velarde y sus lucientes rimas entonantes, como ignorar los llantos de tus hijos vacilantes, perdidos en la oscuridad de la ignorancia, que también son cantos, madre mía... Como desdeñar el color de tu bandera, ese rojo sobre todo, ese rojo tan intenso, ese rojo escarlata, que representa la sangre de tus hijos, que en tus aras han dejado la vida, como hacer a un lado tal apremio, pues la sangre que representa su color, poco falta para chorrear sobre tu santo suelo y convertirse en un triste e ignominioso negro.
Me dueles, patria mía, no me hagas mas llorar, despierta a tus hijos, enséñales el buen andar, grandes somos, ayúdanos a progresar, libera a ese gigante que su siesta habrá de terminar, armalo de razón, amor y conocimiento, que su maza pueda levantar, en contra de aquellos que su mano contra ti se atrevieron armas a empuñar, guialo para demostrarle al mundo lo que el Mexicano está dispuesto y listo para aportar, somos grandes, somos fuertes... Madre patria, condúcenos a luchar, hacia el progreso anhelado y a la verdadera libertad, por la cual serás coronada ante un coro celestial.conformado por tus hijos, que hasta aquí... te han ayudado a llegar.

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